Formas de uso del misoprostol para inducir un aborto; bucal, sublingual, intravaginal |
El misoprostol -misotrol o cytotec- es un medicamento
recomendado por la Organización Mundial de la Salud para inducir un aborto en
casa, sin supervisión médica, y que idealmente incluya un chequeo médico posterior.
El medicamento se puede ocupar desde la semana 5 a la semana 12 de gestación, pero ocuparlo desde la semana 7 en adelante aumenta su eficacia. Las formas de uso pueden ser; sublingual, bucal o
intravaginal, aunque esta ultima opción es la menos recomendada, porque en caso
de que la mujer deba ir a un centro de salud le podrían encontrar restos de
pastillas en la vagina y denunciarla. No existen pastillas distintas de misoprostol, lo único que cambia es su forma de administración, pero el medicamento es uno sólo.
No es cierto que a menos semanas el proceso es más seguro, es muy importante seguir todos los pasos para que el proceso funcione y no sea riesgoso para la mujer que lo lleva a cabo. Antes de realizar un aborto con misoprostol, se debe confirmar que hay
embarazo y de cuantas semanas es, idealmente realizar una ecografía para descartar anomalías que podrían hacer el proceso riesgoso como un
embarazo ectópico, anembrionario o múltiple y, en el caso de la presencia de DIU, se debe acudir
al ginecólogo para retirarlo, no se debe ocupar miso cuando la mujer tiene un DIU.
Muchas veces las mujeres sienten temor de ir a médico antes de
hacer el aborto, porque su embarazo quedará registrado, esto no debe ser una preocupación
porque el medicamento simulará un aborto espontáneo, y segundo porque el sistema de salud en Chile no da abasto para hacer seguimiento a los embarazos ingresados.
La cantidad de pastillas a ocupar según la recomendación de la
OMS son 12 pastillas de misoprostol de 200mcg administradas de manera sublingual/bucal. Pero también
esta la opción de ocupar una dosis menor, 8 pastillas administradas de manera
sublingual/bucal, y la última opción es ocupar 4 pastillas administradas de manera intravaginal (la opción intravaginal es la menos recomendada porque deja residuos de pastillas en la vagina, lo que podría ser detectado por el personal de salud en caso de ir a un centro médico, para que esto no ocurra, se deben dejar pasar 3 días antes de cualquier control).
Es cierto que durante el proceso se pueden sentir ciertos malestares,
aunque no todas las mujeres los experimentan. Los posibles síntomas son;
diarrea, nauseas, vómitos, fiebre, escalofríos, baja de presión, contracciones
o dolores en la zona baja del vientre, y sangrado. Para el manejo del dolor se puede ocupar ibuprofeno. Durante el proceso se recomienda
estar en compañía de una adulto que sepa la situación para que sea de apoyo
ante estas situaciones, y aunque las hemorragias son poco probables, es fácil de
detectar y debe ser llevada a un centro de salud cuando la mujer llena 2 o más
toallas higiénicas en 2 horas. Recordar que el medicamento simula un aborto espontáneo, y que si fue administrado de manera sublingual, no deja rastros y no existe ningún examen que lo detecte, así que no hay ningún problema en ir a médico.
El proceso aborto ha evolucionado a lo largo del tiempo con el
estudio de la practica misma, realizado por mujeres que han vivido el proceso o
han estado presente en el proceso de otras, y es por esto que las
recomendaciones han variado, también hemos aprendido que un aborto en la misma
cantidad de semanas, una mujer lo vive de una manera y otra puede vivir una situación
totalmente distinta, por ejemplo en la intensidad de los malestares, por ello guiarse por como lo vivió una amiga, no quiere decir que tu experiencia sea igual.
Por otra parte, los mitos o aseveraciones que son totalmente
falsas son; que las mujeres no puede embarazarse después, que se desangran, que
quedan con traumas o daño en el útero. Estas especulaciones se han divulgado
por una parte de la sociedad que busca intimidar a las mujeres ante el derecho
de decidir sobre sus cuerpos.
Hoy hablar del aborto ha dejado de ser un tema tabú, para pasar
a dos extremos, quienes insisten en demonizar la practica para persuadir a las mujeres
en su decisión. Lo que hace sentir más vulnerables a personas que no sólo
tienen un problema, también pueden tener falta de acceso a la educación sexual
o peor aún pueden estar siendo vulneradas tanto psicológicamente como físicamente.
Y por otra parte quienes desean informar creyendo tener la verdad absoluta,
cuando sabemos que estamos ante conocimiento en evolución, otorgado por la
practica en clandestinidad, con ayuda de los distintos manuales que se han ido
diseñando a partir de la guía para el aborto de la OMS.
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